SOMOS UNA INSTITUCIÓN CRISTIANA
Nuestro propósito primordial es proporcionar y promover el crecimiento espiritual en nuestros estudiantes. Nuestro objetivo no es cambiar o argumentar las creencias que alguna familia profesa, ni imponer prácticas de alguna iglesia en particular; sino, más bien, enseñar las verdades que la Biblia contiene para nuestra vida y entablar una verdadera relación con Dios. Para aclararlo aún más, nos gustaría presentar cuáles son los elementos esenciales de nuestra fe cristiana, junto con citas bíblicas que los respaldan:
Las Escrituras / La Biblia
Creemos que las escrituras del viejo y nuevo testamento fueron dadas por la inspiración de Dios y son la única e infalible ley de práctica y fe.
(II Timoteo 3:16,17; I Tesalonicenses 2:13; II Pedro 1:19-21).
Dios
Creemos en un solo Dios: Creador y Gobernante del universo; el cual existe en una divina e incomprensible Trinidad: el Padre; el Hijo, Jesucristo y el Espíritu Santo.
(II Corintios 13:14; Mateo 28:19; Juan 14:26; Juan 15:26; I Pedro 1:12).
Pecado
Creemos que nuestros primeros padres, Adán y Eva, fueron creados santos y rectos; que cayeron de esa condición; y que, en consecuencia, cada miembro de la raza humana es pecador y merecedor de la separación eterna de Dios.
(Romanos 5:12; Génesis 1:27, 28, 31; Eclesiastés 7:29; Efesios 2:1-5)
Salvación
Creemos en la encarnación, muerte y resurrección corporal del Hijo de Dios, Jesucristo y que la salvación se obtiene sólo a través del arrepentimiento de nuestros pecados y la fe en Él. Sólo por aceptar el sacrificio de Jesucristo en nuestro lugar podemos recuperar las condiciones de santidad y rectitud y de una relación eterna con Dios.
(Juan 1:1-14; I Corintios 15:3; Hechos 4:10-12).
Santificación
Un cristiano–un discípulo de Cristo–es un individuo transformado guiado por el Espíritu Santo. Sin embargo, la naturaleza de pecado permanece mientras el cristiano viva en su cuerpo material. Por lo tanto, un cristiano debe vivir constantemente sujetándose a Cristo y a la Palabra de Dios. Esto no con el propósito de ganar ni mantener la salvación, sino como producto de ella y para obedecer lo mandado por Dios.
(II Corintios 5:17; I Pedro 1:23; Tito3:5; Gálatas 5:22, 23; Juan 15:10).